jueves, 12 de junio de 2008

Los Hipódromos de Bogotá

Los conquistadores y primeros pobladores de Santafé celebraban carreras de caballos en la carrera 7ª entre calles 7ª y 10ª, por lo cual se llamó a ese tramo de la ciudad, “Calle de la Carrera”.
Con el pasar del tiempo, para celebrar la victoria de Ayacucho y el aniversario de Carabobo, en un potrero denominado “La Floresta”, cerca de Bogotá, se realizaron varias carreras durante los días 25, 27, 28 y 30 de junio de 1825, impulsadas y bajo el patrocinio de la colonia inglesa. Se sabe que corrieron diversos equinos con nombres heroicos de la época, como Junín, Pichincha, Boyacá, Ayacucho, Vargas, siendo campeón el rucio Ayacucho seguido de Pichincha.
El deporte de los reyes continuó aquí hacia el año de 1845 en un potrero de Fucha de propiedad de don Pepe Portocarrero, donde fue muy celebrada la carrera de los famosos Cisne y Ombligón. Posteriormente, se fundó el hipódromo "La Gran Sabana", ubicado en terrenos que hoy coinciden con la calle 40, Avenida Caracas. A pesar del entusiasmo de sus fundadores, tuvo poca suerte, pero sí representó un ensayo favorable en pro del pura sangre y del fomento de la hípica en Colombia. Más tarde, se construyó el hipódromo de La Merced, con poca historia para continuar con el de La Magdalena, igualmente sin ninguna importancia.
Para efectos de esta reseña, creo que no vale la pena referirnos a otros pequeños hipódromos como los de Muequetá, Puente Aranda y el situado en la carrera 13 con calle 67 de esta ciudad donde hoy aparece un cuartel de la Policía Nacional.
Al iniciarse la década de los años 30, Ricardo Cubides, José María Gómez Campuzano y Gustavo Uribe Ramírez dieron al servicio el "Hipódromo de Bogotá" más conocido con el nombre de "Hipódromo de la 53" situado exactamente donde hoy es el Centro Comercial Galerías. El sistema de arrendamiento impuesto por sus dueños fue adoptado por ciertas empresas como la de Luis Jaramillo Sierra, la Sociedad Hípica, el Jockey Club de Bogotá y la Asociación de Criadores de Caballos P. S. I.
En esta última época el fomento de la hípica tuvo un gran desarrollo y el entusiasmo se concretó en importaciones de puras sangre hasta tal punto que potrancas argentinas, chilenas, francesas y de otras naciones alternaron con caballos formados y corridos, traídos también del exterior, como Maceo, Talero, Pibe y Rioduquera. El juego de las apuestas mutuas, en su mejor época, alcanzó a la "fabulosa" suma de $ 45.000 y la Polla (una especie de 5 y 6) redondeó en los $ 7.200.
Es importante reseñar este hipódromo por cuanto fue el fundamento de la afición hípica en Colombia.
Un buen día, el doctor Jenaro Rico propuso a su familia utilizar su hacienda "San Isidro", aledaña al antiguo Aeropuerto de Techo, para la construcción de un hipódromo. Esta idea se plasmó muchos años después en la constitución de una sociedad llamada "Hipódromo de Techo, S.A.". El día 12 de mayo de 1952 firmaban la escritura correspondiente, agonizando ya el hipódromo de la 53, los siguientes señores: Jenaro Rico, promotor y realizador de la obra, su esposa Magdalena Torres de Rico, su hijo Mario Rico Torres, Ernesto Cubillo, Aurelio Cubillos, Honorato Espinosa y Ponce de León, Manuel A. Lozano A., Carlos Sanz de Santamaría, general Hernando Mora Angueyra, y Carlos Montoya Restrepo. Posteriormente, se incorporaron a la naciente sociedad, hípicos y turfmans tales como Enrique Ancízar Sordo, Luis Restrepo Uribe, Luis Eduardo Mora Angueyra, Eduardo Umaña de la Torre y muchos otros cuyos nombres se me escapan.
La primera reunión de carreras, a donde se desbordó desde la más aristocrática sociedad hasta él más humilde habitante de la ciudad, se verificó el 16 de mayo de 1954.
Gracias a la actividad dinámica y pujante de sus diferentes gerentes (Jenaro Rico, Guillermo Aya Villaveces, Enrique Rodríguez Gutiérrez) el de Techo se convirtió en el más importante de los nuevos hipódromos de América Latina, por la soberbia de sus edificaciones, tribunas y padock, por su club hípico, por su caballada entre la cual recuerdo a Triguero, Amusement, Capuchino, Año Nuevo, Secret Love, Pistolero y muchos otros.
Esta fue la historia de un sitio de recreación bogotana donde cada domingo se realizaban emocionantes carreras; se jugaban fuertes sumas de dinero, se realzaba el pura sangre y se fomentaba la hípica nacional. El 4 de julio de 1982, después de 28 años, un mes y 18 días de carreras, cerró sus puertas este Hipódromo inigualable en Colombia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Hernan dijo...

Se conoce donde quedaba ubicado el hipódromo de la Magdalena?